El transporte se encuentra dentro de la «década esencial» para lograr objetivos de emisiones más duraderos: todo es cuestión de entrega

El transporte marítimo enfrenta desafíos urgentes para lograr su descarbonización antes de 2050.

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Oslo, 7 de septiembre de 2023 – En medio de una creciente competencia por los escasos recursos de combustibles verdes entre diferentes sectores industriales, los objetivos climáticos para el sector marítimo internacional de aquí a 2030 corren el riesgo de no cumplirse.

El nuevo informe Maritime Forecast to 2050 de DNV presenta un panorama desafiante para la industria del transporte marítimo: conseguir un suministro suficiente de combustibles neutros en carbono será difícil.

El estudio destaca la urgencia de adoptar un enfoque integral y tomar medidas concretas de eficiencia energética a corto plazo si se desea alcanzar las metas de reducción de emisiones fijadas para las próximas décadas.

Los nuevos objetivos climáticos: una presión sin precedentes

La Organización Marítima Internacional (OMI) revisó recientemente sus objetivos de descarbonización en julio de 2023, estableciendo que la industria marítima debe reducir sus emisiones en al menos un 20 % para 2030, con aspiraciones de alcanzar una reducción del 70 % para 2040 y lograr emisiones netas cero para 2050.

Estas metas, aunque ambiciosas, reflejan la creciente urgencia del contexto climático mundial y sitúan al sector bajo una presión regulatoria y económica cada vez mayor.

El informe de DNV prevé que la demanda de combustibles libres de carbono por parte del transporte marítimo alcanzará los 17 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) anuales para 2030.

Esto representa aproximadamente entre el 30 % y el 40 % del suministro mundial previsto de este tipo de combustibles, un porcentaje que pone de manifiesto tanto la ambición como el desafío logístico para el sector.

No basta con cambiar el combustible

Knut Ørbeck-Nilssen, director ejecutivo de DNV Maritime, advirtió sobre el riesgo de centrarse exclusivamente en la transición hacia combustibles más limpios sin adoptar otras estrategias paralelas.

“La segunda década del siglo XXI es decisiva para nuestra industria. Si bien garantizar el suministro de combustibles alternativos es esencial, centrarse únicamente en ellos puede llevar a una inacción peligrosa. No necesitamos promesas futuras, sino acciones concretas ahora”, afirmó.

El informe señala que las medidas de eficiencia energética pueden tener un impacto significativo inmediato, y jugarán un papel crucial tanto en la reducción de emisiones actuales como en la transición hacia una flota más sostenible en el futuro.

Entre estas medidas se incluyen mejoras en el diseño de buques, optimización operativa, tecnologías innovadoras de propulsión y sistemas digitales de monitoreo y control.

El contexto regulatorio: más allá de la OMI

Además de los objetivos globales establecidos por la OMI, el informe destaca la creciente influencia de políticas regionales como la inclusión del transporte marítimo en el sistema de comercio de emisiones (ETS) de la Unión Europea, que comenzará a aplicarse progresivamente a partir de 2024.

Esta regulación obligará a los armadores a adquirir derechos de emisión por sus emisiones de CO₂, incrementando de manera considerable los costos operativos para aquellos que continúan utilizando combustibles fósiles tradicionales.

Este tipo de medidas económicas están diseñadas para incentivar una transición acelerada hacia soluciones con menor impacto ambiental, obligando a los propietarios de embarcaciones a anticipar inversiones y adoptar decisiones estratégicas de largo plazo.

Soluciones actuales de eficiencia energética

El informe de DNV identifica varias tecnologías que ya están disponibles y pueden implementarse para reducir significativamente las emisiones del sector:

  • Lubricación por aire: Esta tecnología crea una capa de burbujas bajo el casco del buque, reduciendo la fricción con el agua y, por ende, el consumo de combustible. Varios buques ya la han adoptado con resultados prometedores.

  • Propulsión asistida por viento: Utilizando velas rígidas, rotores Flettner u otras formas de energía eólica, esta solución ya se ha instalado en 28 buques comerciales, logrando reducciones de combustible de entre el 5 % y el 9 %. Con avances tecnológicos y modernización de buques existentes, este ahorro podría alcanzar hasta el 25 %.

  • Optimización de rutas: Mediante el uso de inteligencia artificial y software de navegación avanzada, es posible planificar rutas más eficientes que reduzcan tiempos de tránsito y consumo energético.

 

Nuevas tecnologías en evaluación

El estudio también evalúa tecnologías de descarbonización más disruptivas, como la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y la propulsión nuclear, ambas con potencial a largo plazo, pero también con desafíos significativos.

DNV realiza una evaluación económica detallada de estas alternativas, considerando la viabilidad comercial, la seguridad y la disponibilidad de materias primas como la biomasa sostenible o la energía renovable.

Además, existe una fuerte competencia intersectorial por los recursos renovables, especialmente en lo que respecta al hidrógeno verde, el amoníaco y los biocombustibles.

Dado que estos insumos son también demandados por otros sectores industriales y de transporte terrestre y aéreo, el acceso limitado podría ralentizar la transición marítima si no se desarrollan rápidamente capacidades de producción a escala.

Avances en la flota y tendencias de combustibles

Un aspecto positivo señalado por el informe es el avance gradual en la composición de la flota marítima global. En comparación con el año anterior, el porcentaje de carga útil que puede operar con combustibles alternativos aumentó de 5,5 % a 6,5 %.

En cuanto a nuevas construcciones, se ha registrado un notable crecimiento en pedidos de buques que utilizan gas natural licuado (GNL), gas licuado de petróleo (GLP) o metanol en motores de combustible dual, representando ahora casi la mitad de la capacidad de carga ordenada.

Los primeros buques propulsados por hidrógeno ya han comenzado a emerger, y existen diversos proyectos piloto en curso para evaluar el uso del amoníaco como combustible marítimo, con una cartera creciente de embarcaciones alimentadas por este insumo que podrían entrar en operación en los próximos años.

Conclusiones y llamado a la acción

La Maritime Forecast to 2050 deja un mensaje claro: la industria marítima debe actuar ahora. Si bien la transición hacia combustibles libres de carbono es esencial, no será suficiente por sí sola para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones.

La eficiencia energética, la adopción de nuevas tecnologías, la modernización de la flota y políticas firmes de transición deben caminar juntas.

Para evitar una crisis de suministro, el sector necesitará también alianzas estratégicas con productores de energía limpia, gobiernos, instituciones financieras y la comunidad científica.

Solo con un enfoque colaborativo e integral será posible garantizar un transporte marítimo verdaderamente sostenible en el futuro.

El informe es, por tanto, tanto una advertencia como una hoja de ruta. El tiempo para actuar es ahora, y el futuro de la descarbonización marítima depende de las decisiones que se tomen en esta década crítica.