A Peloton fue responsable de la muerte inmediata de una persona, según una demanda

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La tragedia golpeó a la familia de Ryan Furtado, un hombre de 32 años de Nueva York, cuya madre ha presentado una demanda alegando que su hijo fue asesinado por su bicicleta Peloton. El caso ha llamado la atención de los medios nacionales, incluidos The Daily Beast y PEOPLE, debido a la gravedad de la acusación y a los detalles escalofriantes que lo rodean.

Según la demanda, que fue presentada a principios de marzo en el Tribunal Superior Civil del condado de Brooklyn, Furtado utilizaba su bicicleta Peloton en enero de 2022 cuando sufrió un accidente fatal. La demanda sostiene que Ryan estaba realizando un ejercicio calificado como “básico” en la bicicleta, que consistía en bajarse del equipo y continuar la rutina en el suelo, una práctica común en muchos entrenamientos de ciclismo indoor.

La madre del fallecido, Johanna Furtado, detalló que, al finalizar los ejercicios en el suelo, su hijo intentó usar la bicicleta como apoyo para incorporarse. En ese momento, la bicicleta supuestamente giró bruscamente, golpeándolo en la cara y el cuello. El impacto habría sido tan severo que, según la demanda, cortó su arteria carótida, provocando una hemorragia fatal casi inmediata.

Cuando los oficiales del Departamento de Policía de Nueva York llegaron a su residencia, encontraron el cuerpo de Ryan todavía con la bicicleta sobre el cuello y el rostro, de acuerdo con la declaración incluida en el proceso judicial. Este detalle sugiere que el impacto fue fulminante y que no hubo oportunidad de pedir ayuda ni recibir asistencia médica a tiempo.

La demanda también destaca que la bicicleta fue adquirida por Furtado solo seis meses antes del accidente, en julio de 2021, lo que agrava la percepción de inseguridad del producto. Johanna argumenta que el único aviso visible sobre los posibles peligros del equipo era una pequeña etiqueta en una de las patas delanteras, la cual advertía vagamente sobre riesgos si la bicicleta era utilizada para incorporarse durante o después del ejercicio. La familia sostiene que esta advertencia era insuficiente, y que Peloton debería haber emitido alertas mucho más claras y explícitas acerca del uso indebido previsible por parte de los usuarios, especialmente cuando se trata de una marca asociada al fitness doméstico y al bienestar.

La empresa Peloton, una de las principales compañías de entrenamiento interactivo a nivel global, respondió a la demanda a través de un portavoz, quien expresó: “Ofrecemos nuestro más sentido pésame y condolencias a la familia Furtado por este desafortunado incidente. Como empresa que prioriza a sus miembros, el bienestar y la seguridad de nuestra comunidad son una prioridad”. Sin embargo, en sus documentos de defensa, Peloton ha negado todas las acusaciones presentadas en la demanda.

La compañía argumenta que los “presuntos accidentes o daños” sufridos por Ryan Furtado fueron resultado de su “negligencia” y que ellos no tienen responsabilidad legal directa. Además, aseguraron que ninguna acción ni omisión por parte de Peloton fue la causa inmediata de las supuestas lesiones que llevaron a la muerte del joven. Esta postura legal se centra en deslindar a la empresa de toda culpa, sugiriendo que el uso inadecuado del equipo por parte del usuario es la única causa del incidente.

Este caso ha vuelto a poner a Peloton en el ojo del huracán, especialmente considerando que la empresa ya ha enfrentado en el pasado recientes cuestionamientos relacionados con la seguridad de sus productos. En mayo de 2023, Peloton retiró voluntariamente más de dos millones de bicicletas del modelo PL01 debido a reportes de que el asiento podía romperse o desprenderse durante su uso, lo que causó múltiples lesiones entre los usuarios. Este retiro aplicó a bicicletas vendidas en Estados Unidos entre enero de 2018 y mayo de 2023.

No es la primera vez que la empresa se ve involucrada en controversias por accidentes relacionados con sus equipos. En 2021, Peloton también retiró del mercado sus cintas de correr Tread+ y Tread luego del fallecimiento trágico de un niño de apenas un año, quien murió en un accidente relacionado directamente con el equipo. Aquella vez, la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC, por sus siglas en inglés) emitió una advertencia pública urgente sobre los peligros de las cintas de correr Peloton, lo que generó una amplia cobertura mediática y una respuesta inmediata por parte de la empresa.

A raíz de esos casos, la compañía ha implementado medidas adicionales para mejorar sus protocolos de seguridad y ofrecer mayor claridad en las instrucciones de uso. Sin embargo, la nueva demanda vuelve a cuestionar si estas medidas han sido suficientes, y si realmente se está haciendo todo lo posible para proteger a los consumidores.

Además del impacto emocional para la familia Furtado, este caso podría sentar un precedente importante en términos legales sobre la responsabilidad de las empresas de fitness en el hogar. Las demandas por productos defectuosos o peligrosos han aumentado en los últimos años, especialmente con el auge del ejercicio doméstico provocado por la pandemia de COVID-19. Millones de personas han adoptado nuevas rutinas en sus hogares utilizando equipos avanzados como los de Peloton, sin la supervisión de un entrenador presencial, lo que eleva la importancia de tener productos seguros y bien señalizados.

La pregunta que ahora se plantea es si los fabricantes están haciendo lo suficiente para prever comportamientos de los usuarios que, aunque no estén explícitamente recomendados, son razonablemente esperables. ¿Debería Peloton haber anticipado que sus usuarios podrían utilizar la bicicleta como punto de apoyo? ¿Debería haber reforzado la estructura para evitar movimientos involuntarios? ¿O es responsabilidad exclusiva del usuario conocer los límites del producto?

Mientras estas preguntas se discuten en tribunales y en la opinión pública, la familia de Ryan Furtado continúa buscando justicia y visibilidad para su caso. Johanna Furtado ha expresado en entrevistas que su intención no es únicamente obtener una compensación financiera, sino también prevenir que otros usuarios sufran consecuencias similares.

“Si esto le pasó a mi hijo, le puede pasar a cualquiera”, declaró en una entrevista. “Él era joven, estaba saludable, y confiaba en el producto. Nunca imaginó que algo así podría pasar en su propia casa.”

Peloton, por su parte, enfrenta ahora el desafío de defender su reputación en un mercado cada vez más competitivo y exigente. Aunque la empresa ha revolucionado el mundo del fitness con su modelo de suscripción digital y clases en vivo, casos como este evidencian la delgada línea entre innovación y seguridad.

Por ahora, el caso sigue en proceso judicial, y aún no se ha determinado si procederá a juicio. Sin embargo, su impacto ya ha comenzado a sentirse en el debate público sobre la responsabilidad de las marcas tecnológicas de bienestar y el derecho de los consumidores a estar informados y protegidos.